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61.06. Otros elementos de la métrica de la poesía hebrea

Además de los factores de paralelismo y acento irregular de la poesía hebrea, son dignos de mención otros elementos del verso, tales como la estrofa, el estribillo, la estructura en forma de acróstico, la asonancia y la dicción vívida.

El poema como un todo a menudo está dividido en una serie de estrofas, para indicar un cambio de pensamiento dentro de una unidad mayor. A veces esas estrofas tienen una longitud igual o casi igual, como en los Salmos 1, 42, 43, 119. Es más común que su longitud sea desigual, análoga a los párrafos escritos en prosa.

La división en estrofas se indica a veces con un estribillo, como en los Salmos 42, 43, 46, 57, 67. Pocas veces este estribillo aumenta en longitud a medida que el poema continúa, como en los vers. 19, 25 y 27 de 2 Samuel 1, donde David se lamenta por Saúl y Jonatán, y crece el estribillo "¡Cómo han caído los valientes!" al ser repetido por segunda y tercera vez.

A veces, como en los Proverbios, un poema puede estar formado por estrofas organizadas individualmente y dispuestas simétricamente como las partes que componen una poesía (más o menos a la manera de un soneto), como por ejemplo, Proverbios 6: 6-11; ó 24: 30-34.

A veces el paralelismo introvertido se extiende a todo un poema. Las estrofas inicial y final del poema hacen las veces de una envoltura del tema central, como en el Salmo 8.

La estructura acróstica o alfabética, por la cual versos sucesivos o estrofas comienza con las letras del alfabeto hebreo en su orden correspondiente, aparece en varios poemas. Por ejemplo, Salmos 37, 119 y Proverbios 31: 10-31.

La asonancia, o correspondencia de sonidos vocálicos dentro de la línea, que es evidente en las traducciones de la Biblia, aparece en el texto hebreo de versículos tales como Isaías 5: 7, donde las palabras "juicio" y "opresión" y también "justicia" y clamor" tienen sonidos vocálicos similares:

"Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor"

Y en Isaías 17: 12, 13, el efecto onomatopéyico (adaptación del sonido a la expresión del sentido) es marcado pues da la impresión del tronar de las olas del océano que se rompen sobre la costa rocosa:

"¡Ay! multitud de muchos pueblos que harán ruido como estruendo del mar, y murmullo de naciones que harán alboroto como bramido de muchas aguas. Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas; pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino".

La vivacidad y la dicción concreta, características del idioma hebreo, se ponen de manifiesto en forma especial en la poesía.

Por ejemplo, se expresa desesperación completa mediante una sucesión de cuadros vívidos en Salmo 69: 1-3:

"Sálvame, oh Dios,
Porque las aguas han entrado hasta el alma.
Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie;
He venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.
Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido;
Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios."

La desgracia de verse abandonado por Dios se describe mediante numerosas imágenes concretas en Lamentaciones 3: 1-16:

"Yo soy el hombre que ha visto aflicción bajo el látigo de su enojo.
Me guió y me llevó en tinieblas, y no en luz;
Ciertamente contra mí volvió y revolvió su mano todo el día.
Hizo envejecer mi carne y mi piel; quebrantó mis huesos;
Edificó baluartes contra mí, y me rodeó de amargura y de trabajo.
Me dejó en oscuridad, como los ya muertos de mucho tiempo.
Me cercó por todos lados, y no puedo salir; ha hecho más pesadas mis cadenas;
Aun cuando clamé y di voces, cerró los oídos a mi oración;
Cercó mis caminos con piedra labrada, torció mis senderos.
Fue para mí como oso que acecha, como león en escondrijos;
Torció mis caminos, y me despedazó; me dejó desolado.
Entesó su arco, y me puso como blanco para la saeta.
Hizo entrar en mis entrañas las saetas de su aljaba.
Fui escarnio a todo mi pueblo, burla de ellos todos los días;
Me llenó de amarguras, me embriagó de ajenjos.
Mis dientes quebró con cascajo, me cubrió de ceniza
".

Ciertamente, en la poesía de los hebreos la belleza del pensamiento y de la forma se combinan en una unión perfecta. La luz de la vida refulge desde una hermosa lámpara. La joya de la verdad reluce en un cofre resplandeciente.

Adoremos al Señor en la hermosura de su santidad.

61.05. Elementos de la métrica de la poesía hebrea - Acento

Otro elemento de la métrica hebrea, que también se encuentra en las literaturas egipcia, asirio-babilónica y Cananea, es el acento o énfasis que se repite. Sin embargo, cuando se dice que el acento o énfasis es una característica de la estructura del verso hebreo, no quiere decir que el acento aparece regularmente en la línea y que hay una distribución regular de sílabas acentuadas y no acentuadas en ella, como en el verso castellano corriente. Más bien el acento aparece un número dado de veces en la línea, sin importar el número de sílabas. La línea típica de la poesía lírica hebrea se divide en dos partes, con dos sílabas acentuadas en cada mitad.

En la poesía elegíaca y en otras poesías muy emotivas, la línea típica tiene tres acentos en la primera mitad y dos en la segunda. Esto se llama ritmo de qinah. Su efecto es el de un crescendo de tres acentos seguido por un decrescendo más corto de dos acentos. Hay una ilustración adecuada de este ritmo en el texto hebreo de Amós 5: 2:

"Cayó la virgen de, Israel, y no podra levantarse ya más;
fue dejada sobre su tierra, no hay quien la levante".

En la poesía épica, didactica y litúrgica la línea típica tiende a contar con tres sílabas acentuadas en cada mitad. Las líneas más largas que éstas admiten más acentos, con varias combinaciones posibles; pero en ninguna de esas estructuras hay relación entre las sílabas acentuadas y el número de sílabas átonas presentes entre los acentos. Es una lástima que la acentuación del verso hebreo no se advierta en la traducción. Más aún, muchas preguntas que tienen que ver con este elemento de su prosodia todavía no han encontrado respuesta.

61.04. Elementos de la métrica de la poesía hebrea - Variaciones del paralelismo

La forma más sencilla y más común de paralelismo es la unidad de dos líneas, o místico, pero éste a menudo se aumenta a tres o cuatro líneas, y puede extenderse a una cantidad considerable de líneas con gran variedad de combinaciones. De esta manera, varias líneas consecutivas pueden ser sinónimos.

Por ejemplo:

"Alzaron los ríos, oh Jehová,
Los ríos alzaron su sonido;
Alzaron los ríos sus ondas" (Salmo 93: 3).

"¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín?
¿Te entregaré yo, Israel?
¿Cómo podré yo, hacerte como Adma,
o ponerte como a Zeboim?" (Oseas 11: 8).

"Sean nuestros hijos como plantas
crecidas en su juventud,
Nuestras hijas como esquinas labradas
como las de un palacio;
Nuestros graneros llenos,
provistos de toda suerte de grano;
Nuestros ganados, que se multipliquen a millares
y decenas de millares en nuestros campos;
Nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo;
No tengamos asalto, ni que hacer salida,
Ni grito de alarma en nuestras plazas" (Salmo 144: 12-14).

A veces dos líneas sinónimas pueden ser aumentadas por una tercera. Por ejemplo:

"Rubén, tú eres mi primogénito,
mi fortaleza, y el principio de mi vigor;
Principal en dignidad, principal en poder" (Génesis 49: 3).

"Judá, te alabarán tus hermanos;
Tu mano en la cerviz de tus enemigos;
Los hijos de tu padre se inclinarán a ti" (Génesis 49: 8).

O las dos primeras líneas pueden ser sinónimos, y la tercera puede ser como un suplemento del pensamiento básico. Por ejemplo:

"Se levantarán los reyes de la tierra,
Y príncipes consultarán unidos
Contra Jehová y contra su ungido" (Salmos 2: 2).

"Rama fructífera es José,
Rama fructífera junto a una fuente,
Cuyos vástagos se extienden sobre el muro" (Génesis 49: 22).

A veces en una unidad de cuatro líneas, la primeras y la tercera son paralelas y también la segunda con la cuarta, en la forma de un dibujo entrelazado. Por ejemplo:

"Jehová es mi luz y mi salvación;
¿de quien temeré?
Jevová es la fortaleza de mi vida;
¿de quien he de atemorizarme?" (Salmo 27: 1).

"Su tierra está llena de plata y oro.
sus tesoros no tienen fin.
Tambien está su tierra llena de caballos,
y sus carros son innumerables" (Isaias 2: 7).

Tal variedad de estructuras permite la acumulación de pensamientos, cláusula tras cláusula, a lo largo de todo un poema. Entre las cláusulas aparece un estribillo repetido como en el Salmo 136:

"Alabad a Jehová, por que él es bueno.
Por que para siempre es su misericordia.
Alabad al Dios de los dioses,
Por que para siempre es su misericordia.
Alabad al Señor de los señores,
Porque para siempre es su misericordia" (vers. 1-3).

61.03. Elementos de la métrica de la poesía hebrea - Formas secundarias de paralelismo

Además de las formas primarias de paralelismo se han reconocido tres modalidades secundarias:

1. Paralelismo emblemático: un tipo embellecido de paralelismo sinónimo, en el cual se usa una figura literaria o imagen de alguna especie para desarrollar el pensamiento. Por ejemplo:

"No te impacientes a causa de los malignos,
Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
Porque como hierba serán pronto cortados,
Y como la hierba verde se secarán" (Salmo 3: 1, 2).

"Serán avergonzados y vueltos atrás
Todos los que aborrecen a Sión.
Serán como la hierba de los tejados,
Que se seca antes que crezca;
De la cual no llenó el segador su mano,
Ni sus brazos el que hace gavillas.
Ni dijeron los que pasaban:
Bendición de Jehová sea sobre vosotros;
Os bendecirnos en el nombre de Jehová" (Salmo 129: 5-8).

2. Paralelismo de clímax o en forma de escalera: vigoroso tipo de paralelismo sintético en el cual se repiten y se vuelven a usar una palabra o frase claves, o varias palabras o frases, hasta que se completa el pensamiento al final del prolongado paralelismo. Por ejemplo:

". . . que vino;
Porque vino a juzgar la tierra.
juzgará al mundo con justicia,
Y a los pueblos con su verdad" (Salmo 96: 13).

Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que guarda a Israel" (Salmo 121: 1-4).

3. Paralelismo introvertido, una clase de paralelismo en el cual la primera y la última línea de una serie son semejantes y abarcan una cantidad de líneas que desarrollan la idea básica. Por ejemplo:

"A ti, oh Jehová, clamaré,
Y al Señor suplicaré.
¿Qué provecho hay en mi muerte
cuando descienda a la sepultura?
¿Te alabará el polvo?
¿Anunciará tu verdad?
oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí;
Jehová, sé tú mi ayudador" (Salmo 30: 8-10).

"La ira de Jehová contra los que hacen mal,
Para cortar de la tierra la memoria de ellos.
Claman los justos, y Jehová oye,
Y los libra de todas sus angustias.
Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón;
Y salva a los contritos de espíritu.
Muchas son las aflicciones del justo,
Pero de todas ellas le librará Jehová.
El guarda todos sus huesos;
Ni uno de ellos será quebrantado.
Matará al malo la maldad,
Y los que aborrecen al justo serán condenados" (Salmo 34: 16-21).

61.02. Elementos de la métrica de la poesía hebrea - Formas primarias de paralelismo

Se reconocen en general tres formas primarias de paralelismo:

1. Paralelismo sinónimo, en el cual el pensamiento fundamental se repite con palabras e imágenes diferentes en la segunda línea del dístico. Veamos el siguiente ejemplo:

"Juntaos y oíd, hijos de Jacob,
Y escuchad a vuestro padre Israel" (Génesis 49: 2).

"Sol, detente en Gabaón;
Y tú, luna, en el valle de Ajalón"(Josué 10: 12).

"Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el Corazón;
El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos" (Salmo 19: 8).

2. Paralelismo antitético o contrastado, en el cual el pensamiento de la primera línea de un dístico es explicado más ampliamente por su contraste o inversión en la segunda línea. Por ejemplo:

"Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová;
Mas los que te aman, sean como el sol cuando sale con su fuerza" (Jueces 5: 31).

"Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá" (Salmo 1: 6).

"Como rugido de cachorro de león es la ira del rey,
Y su favor como el rocío sobre la hierba" (Proverbios 19: 12).

3. Paralelismo sintético o tácito, en el cual la segunda línea del dístico añade un pensamiento a la primera como para completarla, aumentarla o intensificarla. los dos versos pueden tener una relación de causa y efecto, premisa y conclusión, proposición y suplemento, etc. Por ejemplo:

"Pero yo he puesto mi rey
Sobre Sión, mi santo monte" (Salmo 2: 6).

"Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres,
Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios" (Salmo 14: 2).

"Mejor es la comida de legumbres donde hay amor,
Que de buey engordado donde hay odio" (Proverbios 15: 17).

"Responde el necio como merece su necedad,
Para que no se estime sabio en su propia opinión" (Proverbios 26: 5).

"Se apresura a ser rico el avaro,
Y no sabe que le ha de venir pobreza" (Proverbios 28: 22).

61.01. Elementos de la métrica de la poesía hebrea - Generales

A diferencia de la mayor parte de la poesía moderna occidental, la poesía hebrea no depende de un esquema de versos con acento y rima que se repiten en forma regular. Su acento es irregular y su rima, si existe, parece ocasional o accidental.

Para los que deben leer la Biblia en una traducción, la base métrica más significativa del verso hebreo consiste en la simetría equilibrada de forma y sentido conocida como paralelismo.

El primer erudito que examinó a fondo la naturaleza de la poesía hebrea y colocó su estudio sobre una base firme fue el obispo Robert Lowth, profesor de Oxford. En sus Lectures on the Sacred Poetry of the Hebrews (Disertaciones sobre la poesía sagrada de los hebreos) (1753), Lowth designó la tendencia de la poesía hebrea a disponer sus declaraciones en pares, como un sonido y su eco, como paralelismo de partes de un todo.

Watts-Dunton lo ha llamado "ritmo de sentido", y Van Dyke lo ha descrito como "ritmo de pensamiento".

De este elemento característico de la estructura de la poesía hebrea, Stanley dice: "Los golpes rápidos como de alas alternadas, la palpitación como del corazón acongojado, que se han descrito bellamente como la esencia de la estructura paralela de todo verso hebreo, corresponden exactamente con el juego interminable de sentimiento humano y con la comprensión de toda edad y nación".

Es digno de destacarse que este rasgo poético se ha traducido casi intacto al castellano. Aunque se desconoce el origen del paralelismo, debe observarse que el elemento del paralelismo, como rasgo característico de la poesía hebrea, es compartido por otras literaturas antiguas tales como la egipcia, la asirio-babilónica y la cananea.

Puede verse un ejemplo de paralelismo de estructura en su forma más simple en el así llamado "Canto de la Espada", o "Canto de Lamec" (Génesis 4: 23, 24), que probablemente es el más antiguo ejemplo de poesía de la Biblia. En este "Canto de Lamec", de seis líneas, aparece la estructura paralela del verso hebreo en su sencillez máxima. La poesía está formada por tres dísticos sinónimos o paralelos:

"Ada y Zila, oíd mi voz;
Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho:
Que un varón mataré por mi herida,
Y un joven por mi golpe.
Si siete veces será vengado Caín,
Lamec en verdad setenta veces siete lo será".

Habiendo comenzado con este ejemplo, pasamos a dar una explicación y ejemplificación más completas del principio del paralelismo como principal factor determinante del verso hebreo.

60.06. Características de la poesía bíblica - Sublimidad

Como ejemplos de lo sublime en la poesía, considérense estos pasajes:

"Escuchad, cielos, y hablaré;
Y oiga la tierra los dichos de mi boca.
Goteará como la lluvia mi enseñanza;
Destilará como el rocío mi razonamiento;
Como la llovizna sobre la grama,
Y como las gotas sobre la hierba" (Deuteronomio 32: 1, 2).

"Oh Jehová Dios, levántate ahora para habitar en tu reposo,
tú y el arca de tu poder;
oh Jehová Dios, sean vestidos de salvación tus sacerdotes,
y tus santos se regocijen en tu bondad" (2 Crónicas 6: 41).

"Levantad en alto vuestros ojos,
y mirad quién cree estas cosas;
él saca y cuenta su ejército;
a todas llama por sus nombres; ninguna faltará;
tal es la grandeza de su fuerza,
y el poder de su dominio" (Isaías 40: 26).

60.05. Características de la poesía bíblica - Hermosura en la naturaleza humana

Como ejemplo de expresión poética de la naturaleza humana, nótense los siguientes:

Afecto filial:

"No me ruegues que te deje,
y me aparte de ti;
porque a dondequiera que tú fueres, iré yo,
y dondequiera que vivieres, viviré.
Tu pueblo será mi pueblo,
y tu Dios mi Dios.
Donde tu murieres, moriré yo,
y allí seré sepultada;
así me haga, Jehová, y aun me añada,
que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos" (Rut 1: 16, 17).


Angustia en un mar tempestuoso:

"Porque habló, e hizo levantar un viento tempestuoso,
Que encrespa sus ondas.
Suben a los cielos, descienden a los abismos;
Sus almas se derriten con el mal.
Tiemblan y titubean como ebrios,
Y toda su ciencia es inútil" (Salmo 107: 25-27).


El amor del hombre y la doncella:

"Como el manzano entre los árboles silvestres,
Así es mi amado entre los jóvenes;
Bajo la sombra del deseado me senté,
Y su fruto fue dulce a mi paladar.
Me llevó a la casa del banquete,
Y su bandera sobre mí fue amor" (Cantares 2: 3, 4).


Ardiente patriotismo:

"Si me olvidare de ti, oh Jerusalén,
Pierda mi diestra su destreza.
Mi lengua se pegue a mi paladar,
Si de ti no me acordare;
Si no enalteciere a Jerusalén
Como preferente asunto de mi alegría" (Salmo 137: 5, 6).


Dolor acerbo:

"¡Cómo han caído los valientes en medio de la batalla!
¡Jonatán, muerto en tus alturas!
Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán,
Que me fuiste muy dulce.
Más maravilloso me fue tu amor
Que el amor de las mujeres.
"¡Cómo han caído los valientes,
Han perecido las armas de guerra!" (2 Samuel 1: 25-27).


Confianza perfecta:

"Yo sé que mi Redentor vive
Y al fin se levantará sobre el polvo;
Y después de deshecha esta mi piel
En mi carne he de ver a Dios;
Al cual veré por mí mismo,
Y mis ojos lo verán, y no otro,
Aunque mi corazón desfallece dentro de mí" (Job 19: 25-27).

60.04. Características de la poesía bíblica - Hermosura en la naturaleza

Como ejemplos de belleza para interpretar la naturaleza en poesía, nótense los siguientes:

La llegada de la primavera:

"Porque he aquí ha pasado el invierno,
Se ha mudado, la lluvia se fue;
Se han mostrado las flores en la tierra,
El tiempo de la canción ha venido,
Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola.
La higuera ha echado sus higos,
Y las vides en cierne dieron olor;
Levántate, oh amiga mía,
hermosa mía, y ven" (Cantares 2: 11-13).

El corcel de guerra:

"¿Diste tú al caballo la fuerza?
¿Vestiste tú su cuello de crines ondulantes?
¿Le intimidarás tú como a langosta?
El resoplido de su nariz es formidable.
Escarba la tierra, se alegra en su fuerza,
Sale al encuentro de las armas;
Hace burla del espanto, no teme
Ni vuelve el rostro delante de la espada.
Contra él suenan la aljaba,
El hierro de la lanza y de la jabalina;
Y él con ímpetu y furor escarba la tierra,
Sin importarle el sonido de la trompeta;
Antes como que dice entre los clarines: ¡Ea!
Y desde lejos huele la batalla,
El grito de los capitanes, y el vocerío" (Job 39: 19-25).

60.03. Características de la poesía bíblica - Cualidades universales

En general, la poesía del Antiguo Testamento evita lo abstracto, tiende a rehuir el argumento prolongado, y abunda en ideas que son comunes a la raza humana.

Es esencialmente concreta.

Es sentenciosa y muy concisa.

Las verdades éticas más profundas se expresan en proverbios sumamente sencillos.

Por eso es tan fácil de citar.

Y es rica en figuras de dicción, en símiles, metáforas y personificaciones que dan frescura y vigor a las ideas, y las hacen claras a personas de todas las clases de todas las naciones a través de todas las edades.

60.02. Características de la poesía bíblica - Amor a la naturaleza

La poesía del Antiguo Testamento abunda en amor a la naturaleza. Resplandece con efectos escénicos de resaltante hermosura.

Pero para el poeta hebreo, la hermosura o majestad de la naturaleza nunca es un fin en sí misma. El amor por la naturaleza lleva más allá de ella: a su Creador; e inspira al poeta con una consagración más profunda a Dios.

Pueden venir "el fuego y el granizo, la nieve y el vapor, el viento de tempestad", pero todo "ejecuta su palabra" (Salmo 148: 8).

En el Salmo de la tempestad (Salmo 29), el poeta no es conmovido tanto por la demostración física de los fenómenos naturales, como por el poder, la gloria y la bondad de Dios que se revelan en la tempestad:

"En su templo todo proclama su gloria. Jehová preside en el diluvio" (vers. 9, 10).

De la misma manera, las idas y venidas de los animales salvajes durante la noche dirigen los pensamientos del salmista hacia Dios que los creó:

"Hizo la luna para los tiempos;
el sol conoce su ocaso.
Pones las tinieblas, Y es la noche;
En ella corretean todas las bestias de la selva.
Los leoncillos rugen tras la presa,
Y para buscar de Dios su comida.
Sale el sol, se recogen,
Y se echan en sus cuevas. . .
¡Cuán inmensurables son tus obras, oh Jehová!
Hiciste todas ellas con sabiduría;
La tierra está llena de tus beneficios" (Salmo 104: 19-24).

60.01. Características de la poesía bíblica - Conciencia de la realidad de Dios

La poesía del Antiguo Testamento se caracteriza por una vívida conciencia de la realidad de Dios.

Está saturada de la comprensión de la presencia divina.

Es esencialmente religiosa.

En el lamento de David por Saúl y Jonatán, su amor por Jonatán es inferior a su horror frente a la espantosa irreverencia de quitar la vida al rey ungido por Dios (1 Samuel 31; 2 Samuel 1).

En el canto de Débora y Barac la venganza a expensas del enemigo se subordina a la confianza en Dios (Jueces 4, 5).

En la poesía hebrea Dios está presente por doquier.

59.09. Eclesiastés

El libro de Eclesiastés, o El Predicador, es obra de Salomón, el mayor, el más rico, y el más sabio de los reyes de todas las edades.

Lo escribió a fines de su vida cuando, después de haber malgastado años en procurar la satisfacción de los placeres de este mundo, comprendió la impiedad de su camino y se volvió a Dios, la Fuente de su sabiduría. Al fin, habiendo aprendido por triste experiencia cuán insensata es una vida tal, su anhelo y deseo era evitar, que otros pasasen por la amarga experiencia por la cual él había pasado.

Aunque la mayor parte del contenido de Eclesiastés está en prosa, hay magníficos pasajes poéticos en todo el libro, que culminan con el poema "Acuérdate de tu Creador" (12: 1-8) que es un ejemplo extenso del uso de figuras de dicción común en el Cercano Oriente:

"Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud,
antes que vengan los días malos,
y lleguen los años de los cuales digas:
No tengo en ellos contentamiento;
antes que se oscurezca el sol,
y la luz,
y la luna
y las estrellas,
y vuelvan las nubes tras la lluvia;
cuando temblarán los guardas de la casa,
y se encorvarán los hombres fuertes,
y cesarán las muelas porque han disminuido,
y se oscurecerán los que miran por las ventanas;
y las puertas de afuera se cerrarán,
por lo bajo del ruido de la muela;
cuando se levantará a la voz del ave,
y todas las hijas del canto serán abatidas;
cuando también temerán de lo que es alto,
y habrá terrores en el camino;
y florecerá el almendro,
y la langosta será una carga,
y se perderá el apetito;
porque el hombre va a su morada eterna,
y los endechadores andarán alrededor por las calles;
antes que la cadena de plata se quiebre,
y se rompa el cuenco de oro,
y el cántaro se quiebre junto a la fuente,
y la rueda sea rota sobre el pozo;
y el polvo vuelva a la tierra, como era,
y el espíritu vuelva a Dios que lo dio".

59.08. Libros poéticos: Job

Sin duda la producción más artística del genio literario hebreo es el libro de Job.

El tema de Job es el problema antiquísimo del sufrimiento humano. En un mundo creado y sostenido por un Dios justo y bondadoso, ¿por qué debe sufrir un hombre bueno?

En una narración de dimensiones épicas, un dramático diálogo intenta resolver el problema.

Se lleva a cabo un debate en tres ciclos, en los que Job y sus amigos alternan en la discusión; pero el último ciclo queda inconcluso: se lleva a cabo el argumento. Un joven se presenta para dar la solución final y definitiva al problema, pero Dios mismo se interpone.

El libro de Job es notable por la elevación de su tema y por sus alcances, por la hermosura y variedad de sus descripciones de la naturaleza y lo abarcante de sus efectos escénicos en la tierra y el cielo, y porque reconoce la presencia de Dios en la experiencia humana y penetra profundamente en la naturaleza de la redención y la realidad de un Redentor.

59.07. Libros poéticos: Cantar de los Cantares

El Cantar de los Cantares es el único libro de la Biblia que consiste exclusivamente en poesía escrita en forma de diálogo.

Es un hermoso ejemplo de un poema idílico oriental.

Las gráficas imágenes que se presentan en rápida sucesión a lo largo del libro son características de este tipo de poesía.

Es difícil que la mente occidental comprenda y aprecie la franqueza de estas imágenes. El advertir la naturaleza figurada del lenguaje de este tipo de poesía ayudará a comprender el mensaje del libro.

59.06. Libros poéticos: Lamentaciones

En hebreo el libro de Lamentaciones exhibe una estructura poética particular: su métrica es la del ritmo de qinah, y su forma general es acróstica o alfabética.

En el ritmo de qinah cada línea tiene cinco tiempos, tres en la primera mitad y dos en la segunda, con lo que produce el efecto de un largo crescendo seguido por un decrescendo más corto, como si el dolor se elevase a su altura y luego se desvaneciera más rápidamente.

Más aún, todo el poema es una muestra prolongada del ritmo de qinah, pues la endecha alcanza su culminación en el capítulo 3 y desciende más prestamente a su nivel de base al fin del capítulo 5.

La forma acróstica de las Lamentaciones es intrincada.

El primer capítulo consta de 22 tercetos, y las letras iniciales de cada uno siguen el orden regular del alfabeto hebreo.

El segundo capítulo sigue el mismo modelo, con una leve variación en el orden del alfabeto.

En el tercer capítulo el acróstico se distingue por el hecho de que los tres versos de cada terceto comienzan con la misma letra, como una especie de clímax del poema.

En cambio, el cuarto capítulo consta de dísticos del ritmo de qinah, con letras que forman acróstico sólo al principio de cada dístico.

El quinto capítulo abandona tanto la estructura acróstica como el ritmo de qinah, como si las formas literarias usuales ya no fuesen adecuadas para expresar el dolor del poeta.

El poema es un modelo de estructura artística.

59.05. Libros poéticos: Proverbios

La forma literaria característica de los Proverbios es el mashal, o unidad proverbial, un simple dístico de dos líneas paralelas que expresan con muchísima concisión una verdad axiomática y evidente por sí misma.

La forma que prevalece es la del paralelismo antitético o contrastante.

Por ejemplo:

"En las muchas palabras no falta pecado;
Mas el que refrena sus labios es prudente" (Proverbios 10: 19).

Pero hay también numerosos casos de paralelismo sinónimo, como éste:

"El corazón del entendido adquiere sabiduría;
Y el oído de los sabios busca la ciencia" (Proverbios 18: 15),

y de paralelismo sintético:

"Escucha el consejo, y recibe la corrección,
Para que seas sabio en tu vejez" (Proverbios 19: 20).

Esta unidad proverbial es el molde literario empleado en toda la temática de los caps. 10: 22 a 16: 33; y también se halla en forma irregular a lo largo de todo el libro.

A menudo la sabiduría de Proverbios toma la forma de:

(1) Monólogos (1: 20-33; 7: 1 a 8: 36),

(2) Pequeños poemas (4: 10-19; 9: 1-18; 24: 30-34),

(3) Epigramas (23: 19-21, 26-28, 29-35), y

un soberbio poema acróstico o alfabético con que termina el libro: el poema acerca de la mujer virtuosa (31: 10-31). Este consta de 22 versos, y cada verso comienza con una letra del alfabeto hebreo en su orden regular.

Así, en una variedad de formas, los Proverbios alcanzan su propósito: inspirar reverencia para con Dios, exaltar la sabiduría e instruir en las virtudes prácticas.

59.04. Libros poéticos: Salmos

Los salmos son la quintaesencia de la poesía lírica.

En la profundidad de su sentimiento y excelsitud de sus propósitos, en su revelación completa de los pensamientos e interrogantes íntimos del espíritu humano, en la hermosura y delicadeza, y a veces vigor y majestad de su expresión, no tienen rival en las expresiones más excelsas de la poesía lírica secular.

Porque

¿cuál otra poesía puede elevarse a las cumbres de la poesía cuyo tema es el alma del ser humano en busca del Dios eterno?

Así como lo espiritual y eterno trasciende lo natural y efímero, también la poesía de los Salmos sobrepuja aun los mayores tesoros líricos del mundo.

59.03. La Poesía en los libros Poéticos

Cinco libros del Antiguo Testamento pueden ser considerados como poéticos pues están formados, total o principalmente, por literatura en forma de verso.


Salmos, Lamentaciones y Cantar de los Cantares son solamente poesías.

Job es mayormente poesía, sólo su prólogo y su epílogo están en prosa.

Proverbios es filosofía práctica en forma de poesía.

Además de éstos, Eclesiastés tiene una porción considerable de hermosa poesía.

59.02. La Poesía en los profetas

Los libros proféticos del Antiguo Testamento presentan una contribución única en su género a la literatura universal con su fusión de prosa y poesía en secuencia continua.

En estos libros están entremezclados la historia profética, el discurso oratorio y la celebración poética.

El profeta escribe las palabras de profecía divina; habla con vibrantes períodos y frases equilibradas de la oratoria sublime, reprendiendo, suplicando, amonestando, consolando a su pueblo extraviado y entreteje en la obra literaria inspirada melodías de poesías líricas: en conjunto su obra forma un tipo literario totalmente desconocidos en otras literaturas del mundo.

Los primeros 39 capítulos de Isaías están formados por pasajes entremezclados de prosa y poesía; pero los capítulos 40-66 de este libro profético son casi exclusivamente poesías.

Los capítulos 1-31 y 46-51 de Jeremías presentan una combinación de prosa y poesía.

Hay unos pocos casos de poesías en Ezequiel y Daniel.

La mayoría de los profetas conocidos como menores también consisten, total o parcialmente en poesía. A menudo la vehemente elocuencia de los profetas halla su expresión en las excelsas cadencias de la poesía lírica.

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